martes, 31 de marzo de 2015

Oh, Shakespeare!

''Cuando te vi me enamoré, y sonreíste porque sabías''- Shakespeare
                                                                                                                                                                 
 Así se sintió ésta su servidora hace un día; un chico que está a su lado el cual la mira por molestar y ella lo mira a ver que pasa. Pero ella sigue sintiendo su mirada sobre ella, y a veces lo único que fue capaz de hacer era de sonreírle a tal chico. Sonreír porque parecía lo mas natural sin avergonzarse a sí misma, lo mas normal y sencillo y algo a lo que no tendría que haber respuesta. Pero él le respondía, también con una sonrisa.

  Podría ser que él supiese lo que provocaba en ella? Sabía que ella estaba atraída por él? Quizás lo sabía, y por eso sonreía sin decir nada. Y quizás así se creaba un pequeño secreto en ese instante. Uno de tal magnitud que cobraba vida poco a poco, y decidía el no querer salir a la luz del todo. Simplemente quería existir. Ese pequeño secreto el cual albergaba diferentes sentimientos, emociones, ilusiones y encuentros silenciosos llenados con sonrisas y tacto solamente quería respirar sin temer a cuando se podría quedar sin aliento. Pero mientras, éste secreto era el causante de las faltas de aliento en dichas personas que lo resguardaban. Aliento que se iba con el rose de sus manos, un abrazo cálido o simplemente una mirada dedicada.

 Ya se sabía que las palabras de ese chico la harían volar. Que su voz en la mañana tan diferente a aquella en la noche la ilusionaría aún mas. Pero ella, al igual que el secreto, solo quería respirar y sentir sin darle importancia al fin que podría venir. Su única misión era disfrutar de este pequeño amor que probablemente fuese conocido solo por ella. Pero que de alguna forma él sabía algo, y por eso alimentaba tan bien al sentimiento provocando que ella quisiera mas de su existencia y presencia, que hiciera tal cualquier cosa para tan solo tomarle de la mano y saber que todavía esa chispa existía al menos por un instante, ya no tan solo provocada por ella, si no también por los actos de él que la hacían flotar en un mar de nubes.


(Esta fue simplemente una historia improvisada la cual no tiene por qué acabar. Cualquier conexión con alguna realidad es pura coincidencia.)